El incidente de Roswell.

Supongo que la historia de este incidente es bastante conocida. Un extraño artilugio se estrella en Roswell, Nuevo México, y a partir de este suceso, nació una enrevesada leyenda urbana que especula sobre la procedencia de este objeto, cuyo rescate llegó a movilizar al ejército de los EEUU. Fue un asunto que se llevó con el mayor secretismo posible, tanto es así, que nos hemos quedado con la sensación de que no nos lo han contado todo.
La hipótesis más popular es la de la nave extraterrestre, que los militares han encontrado cadáveres de sus tripulantes, o incluso, que capturaron a uno de estos accidentados tripulantes con vida, y que hoy en día sigue retenido en la Área 51 (que por cierto, que esta base se hizo conocida en círculos conspiranóicos a partir de este incidente).
También está la hipótesis más realista, que se trata de un simple globo sonda con fines meteorológicos. Pero a la larga, esta explicación parece inverosímil, una especie de cortina de humo, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de ríos de tinta que han corrido para escribir sobre este fenómeno desde entonces. Porque parece mentira que se arme tanto ajetreo por una simple bolsa llena de aire caliente equipado con un termómetro, un barómetro y demás instrumentos de medición climática...
Y esta sensación se acentúa si se tiene en cuenta los artículos periodísticos que se publicaron los días siguientes. En un primer momento. en la primera página del Roswell Daily Record se anunciaba. con letras bien grandes. que los militares habían capturado un platillo volante. Días más tarde, en el mismo periódico, la noticia de la primera página informaba de que el ejército negaba la naturaleza extraterrestre del dichoso artilugio, mostrando la famosa foto del militar agachado ante los restos de un destrozado globo meteorológico. Pero es que en esa misma publicación, otro artículo advertía de que si algún civil contactaba con una forma de vida extraterrestre, sería acusado de poco menos que de traición...
¿Pero no decían que los extraterrestres no existían? ¿O las autoridades temían que hubiera un alien suelto por la región?
Con este panorama, también se podría pensar que estamos hablando de un artilugio tecnológico de alto secreto, o incluso de una una aeronave rusa, ya que, recordemos, estamos en 1947, en los albores de la guerra fría.
Sea como fuere, este incidente caló hondo en la consciencia colectiva del planeta. Incluso llegó a influir en la producción de ciencia ficción que se hizo a partir de entonces, surgiendo así el género de las invasiones extraterrestres, donde los invasores eran monstruos que, curiosamente, recordaban vagamente a los comunistas...
Y también originó otra idea, la de las conspiraciones gubernamentales, que los que manda pueden elegir qué podemos conocer y saber, y lo que no. Es un concepto que por si solo ya es bastante aterrador. Y en este caso que nos atañe, los que manda podían estar ocultándonos pruebas de la existencia de vida extraterrestre, de que somos visitados con frecuencia por estos seres...
Incluso se habla de que se aplicaron técnicas de ingeniera inversa en el dichoso artefacto, lo que a la larga dio lugar a los sucesivos adelantos tecnológicos que se produjeron desde mediados del siglo XX.
No voy a hablar aquí en si hay o no hay extraterrestres que sean capaces de venir de visita a este planeta. En lugar de ello, insistiré en esta idea tan aterradora, la que dictamina que los que mandan pueden decidir qué tienen que saber o ignorar los que estamos por debajo de ellos. O que incluso son capaces de cometer crímenes más propios de organizaciones mafiosas, con tal de proteger y preservar la noción que ellos tienen de patria. Es una idea en la que ahondé en El Observador, la segunda novela que publiqué con Ediciones Atlantis.

Comentarios

Entradas populares