Entrevista a Eugenio.

En esta entrada, pasaré a responder las preguntas mandadas por Ediciones Atlantis sobre mi quinta novela. Intentaré mandar una copia de la misma para que se suba al blog de la editorial.


Háblanos de tu novela, La estación de los condenados.
La estación de los condenados narra las peripecias de cuatro mujeres que no se conocen de nada y que proceden de cuatro pueblos diferentes. Son cuatro mujeres que fueron criadas y educadas en sus respectivas sociedades patriarcales, con todo lo que ello conlleva. Así pues, tenemos a una niña que se ve obligada a abandonar la escuela de su pueblo, porque le han crecido las mamas. A una esquimal que está casada con un hombre mayor que ella, y que teme que la están engañando con una mujer más joven que ella. A una ama de casa de la sabana africana que fue mutilada de niña y que actualmente vive, junto con su hija, con un marido que la maltrata. Y finalmente, tenemos a una joven cazadora que vive en una tribu de una selva húmeda, y que es tachada de vieja por las demás mujeres, porque a su edad, ya debería haber sido madre.
La trama arranca cuando estas cuatro poblaciones son atacadas por unos extraños monstruos trasparentes de ojos rojos. Entonces, cada una de las cuatro tiene que iniciar un viaje de huida, que les lleva a descubrir el secreto que guarda sus respectivas vidas; la existencia de la estación de los condenados.


¿Cómo surge la idea?
La idea surgió durante el curso de guión que hice en 2012. Pretendía ser una idea para un telefilm para la TVG. De aquella, hablé de unos labriegos gallegos, que viven en condiciones del siglo XIX en medio del monte y que, de pronto, son atacados por unos monstruos. Son ayudados por una ginoide, un robot con forma de mujer, que les desvela que el monte en el que viven es un hábitat artificial de una estación espacial, y que los monstruos son unos alienígenas piratas que pretendían saquear todos los recursos naturales guardados en el susodicho hábitat.
Esta idea permaneció aletargada en mi cabeza durante los siguientes años, hasta que volví a enfrentarme s ella y ponerla sobre el papel. La idea había crecido y madurado. Así que en vez de estar centrada en unos labriegos gallegos, estaba repartida en cinco hábitats. Pero al final lo reduje a cuatro, porque dos de esos hábitats eran la misma cosa. Además, ya tenía bastante dificultades con no contar cuatro veces la misma historia, si aburrir al lector. Así, las cuatro tramas se desarrollan hasta que llegan a un punto crucial en donde convergen. Y es a partir de ahí, cuando el lector se enfrentará con nuevos enigmas, que no voy a contar aquí.
Y otra cosa, también he hecho, aunque de manera inconsciente, un homenaje a los cameos de Stan Lee.

¿Cuál dirías que es el tema central de esta nueva obra?
Defino a esta obra como ecologista-feminista. En un principio, pretendía escribir un relato con mensaje ecologista pero, a medida que iba desarrollando esta obra, de manera natural, se volvió feminista.
Y ha sucedido porque el ecologismo y el feminismo no son ideologías políticas de izquierdas. Son formas de pensar y enfrentarse al mundo, que atañen a una misma cosa.
Porque el ecologismo no consiste en salvar al mundo natural de los seres humanos, ni el feminismo, en que las mujeres manden sobre los hombres. La naturaleza ha sobrevivido a cosas mucho más destructivas que la actual civilización humana. La vida de este planeta va a seguir, hagamos lo que hagamos. Así que la cuestión es; ¿sobreviviremos los seres humanos a nosotros mismos? Porque ésta es la verdadera finalidad del ecologismo; evitar la extinción de la humanidad.
Asimismo, el feminismo consiste en que ambos géneros, mujeres y hombres, tengan los mismos derechos y libertades ante la ley (Esta definición está en el diccionario de la RAE. Búsquenlo, antes de tacharme de femini-nazi), empezando por dejar considerar a las mujeres como seres humanos de segunda categoría, o meros objetos sexuales, y terminando por protegerlas. Porque es un hecho biológico indiscutible, que una población con mayoría de hembras tiene más probabilidades de prosperar, que otra con mayoría de machos. Esta segunda población está abocada a la extinción. Por lo tanto, más que proteger a las mujeres, el feminismo trata de proteger a toda la humanidad.
Y bajo esta perspectiva, La estación de los condenados, más que una novela ecologista-feminista, es un relato que atañe directamente a la supervivencia de la humanidad. Es el verdadero tema de este libro.


¿Cómo crees que ha sido tu evolución como escritor durante estos años con Ediciones Atlantis?
Ante todo, estoy economizando páginas. He detectado, durante las firmas de libros de mis dos primeras novelas (El Heraldo del Caos y El Observador), que los potenciales lectores emitían un suspiro de pesadez cuando veían el grosor de estos ejemplares. Así que estoy tratando de que mis obras sean más delgadas, aunque igual de intensas e interesantes.
Y otra cosa, estoy intentando contar historias diferentes con cada nuevo relato que escribo. Por esa razón, cuando escribí La odisea de Tashiko, me negaba a que la protagonista fuese, simplemente, una versión femenina de El Heraldo del Caos. Y con La colonia infernal, me pasé al género de terror.

¿Algunas de tus obras de referencia?
La obra de referencia de esta novela sería la película de El Bosque, de M. Night Shyamalan. Y por cierto, el mismo director hizo otra vuelta de tuerca con un argumento similar, con la serie de televisión de Wayward Pines. Y que conste en acta, que primero vi la película, luego escribí la novela, y después vi la serie.

¿Cuál es el último libro que has leído?
El último libro que he leído es El llanto del traidor, de J. L. Goikoetxeta, publicada por Ediciones Atlantis. Es la tercera y última parte de Crónicas de Shámsala. Y he de reconocer, que en esta editorial se publican obras mucho más violentas y explícitas que las mías, aunque igual de imaginativas e interesantes.

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