Reseña "NAVE"

Su mejor amiga ha muerto, y ella está soportando el luto. Así se encuentra Néboa DeArea, protagonista de NAVE, al principio de este libro escrito por Olaia Sendón y publicada en gallego por Edicións Xerais.

NAVE es una novela escrita mayormente en tercera persona y en tiempo presente, aunque a veces se recurre a la conjugación en pasado para narrar sucesos pretéritos. Es de ciencia ficción blanda, en donde la autora está más interesada en contar las vivencias y emociones experimentadas por la protagonista, que en detenerse a describir los detalles técnicos de la nave del título. De hecho, lo único que dice de este artefacto es que tiene una superficie de unos miles de kilómetros cuadrados, que está dividida en varios sectores y que soporta una tripulación de cien mil habitantes.

Estamos, pues, ante un relato del día a día de Néboa a bordo de una nave de espacio profundo, que siglos atrás ha huido de una Tierra en donde se ha producido una extinción masiva provocada por la actividad humana, y que surca el espacio en busca de un segundo planeta habitable.



Como ya he mencionado más arriba, la autora está más interesada en describir las vivencias de Néboa que en presumir de conocimientos científicos. Así que se cuenta, incluyendo sus experiencias eróticas, la vida cotidiana de esta chica que acababa de cumplir los dieciséis años, que soporta las aburridas clases de secundaria, intenta superar el luto de la prematura muerte de su amiga Noite, fortalece su amistad con su amigo Vendaval (¿será el mismo capitán Vendaval de los cómics españoles de los años 70?), convive con su familia encabezada por dos madres y un padre, y tiene que razonar los dilemas filosóficos proporcionados por su tutor Trebón. Y, de paso, se describe cómo funciona esta sociedad hermética, cuya densidad de población tiene que ser constante, controlada por la decantación de nuevas generaciones de embriones humanos diseñados en laboratorio y el retiro a los noventa años de los miembros más viejos de la tripulación.

Es una lectura que engancha, empezando por la descripción de los detalles en torno a la muerte de Noite, en donde me llegué a preguntar cómo había fallecido esta niña. Y luego está la organización social de la dichosa nave, en donde queda claro que los fundadores del proyecto Arca (los que diseñaron esta nave y su sistema social), eran unos extremistas (dejo que el lector decida si eran de ultraderecha o de ultraizquierda). Y, como colofón, los extraños dilemas filosóficos que Trebón plantea a Néboa, dando a entender que esta sociedad estancada, aparentemente utópica, es en realidad distópica, ya que hay muchos temas de los que no se puede hablar, empezando por las verdaderas causas de la muerte de Noite, pasando por la proliferación de averías sin arreglar de a bordo, y terminando por el verdadero destino del viaje interestelar de esta nave de espacio profundo. Prueba de ello es el dilema de tomar la píldora roja o píldora azul, uno de los problemas filosóficos planteados por Trebón, que es una clara referencia a Matrix, la famosa película de los hermanos Wachosky, y que Néboa resuelve, tras analizarlo concienzudamente, eligiendo tomar la pastilla roja.

La historia se va desarrollando y la nave se acerca por fin a su destino. Y Néboa, gracias a extraños avatares del destino, termina siendo reclutada para formar parte de la avanzadilla de colonos que empezará a habitar un nuevo planeta.

Es a partir de este punto, en donde Néboa pasa de ser tripulante a exploradora, cuando la autora se aparta de la ciencia ficción blanda y la novela se vuelve más de ciencia ficción dura. Es entonces cuando el lector aprende sobre conceptos ecológicos, como el barbecho, la semelpariedad y la reproducción carnívora de la araña Stegodyphus lineatus y de otras especies, cuyas crías también eclosionan y se alimentan en el interior del cuerpo de las presas. Paralelamente a las aventuras de exploración de Néboa y sus amigos, también se desarrolla una trama de conspiraciones y sociedades secretas protagonizada por Carracha DeLeón, que es el sustituto de Trebón y el maestro de Néboa en sus estudios como futura colona. Le menciono, porque considero que Carracha es el personaje más interesante de este libro, aunque habrá más de un lector que le recordará al profesor Snape de las novelas de Harry Potter. Pero sean sinceros. Seguramente ustedes han tenido a un profesor, o más de uno, que les ha dado caña durante sus estudios, para consolidar sólidamente vuestra formación académica.

Ambas tramas, la de la exploración de Néboa, y la de las investigaciones de Carracha, confluyen en una conclusión demoledora, sobre todo para Néboa, en donde por fin resuelve el último problema filosófico que le formuló Trebón; el dilema del tranvía; pero hasta aquí puedo leer, sin incurrir en destripes innecesarios.

Termino esta entrada con un tema musical mencionado en la novela, Starman de David Bowie. Y ya lo saben, si les gustan las novelas juveniles de ciencia ficción, o les intriga cuál es la solución final de Néboa, lean NAVE, escrita por Olaia Sendón y publicada por Edicións Xerais.



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