Reseña "Lapislázuli, o regreso das superguerreiras".

¡Las máquinas atacan! La población de Lalín se deja llevar por el pánico. Los robots asesinos encapotan el cielo, dispuestos a descender y acabar con toda forma de vida humana. Pero, sobre el campanario de la iglesia de San Roque, aparece una figura luminosa que invoca un poderoso hechizo, que a su vez provoca una aplastante onda expansiva que elimina al ejército robótico con un único golpe.

De esta manera tan potente empieza Lapislázuli, o regreso das superguerreiras, novela escrita por Alba Rozas y publicada en gallego por Boadicea editora.

Sin embargo, comenzar así, con una escena de acción tan poderosa, puede llevar al lector a confusión, porque a mí me ha pasado. En primer lugar, la escena descrita tiene lugar en octubre del 2021, dejando claro que estamos ante una obra de ficción, pero no si la trama se sitúa en una realidad alternativa, o si se nos describe una partida online de multijugador, que se lleva a cabo durante los últimos coletazos de la pasada pandemia del Covid-19. Y la confusión viene a más durante la segunda escena descrita, que tiene lugar en el parque do Pasatempo, en donde se reencuentran un par de personajes. En serio, yo he tenido que tomar notas al principio de la lectura de este libro, para que me quedase claro quién es quién, quién tiene cada piedra y cómo son sus diferentes poderes.

No obstante, a medida que proseguí en la lectura, pude sumergirme en este universo paralelo, en una trama aparentemente desestructurada, en donde Galicia es un campo de batalla entre la magia y la ciencia... Continúe leyendo esta entrada, estimado lector, y podrá conocer a las superguerreras y no compartir mi confusión inicial a la hora de enfrentarse por primera vez a la lectura de este libro.



Para empezar, aclararé que no estamos ante el relato de un videojuego, sino ante una realidad alternativa, un universo en donde la magia y la hechicería existe ¡y funciona!, y su presencia ha modificado la historia de la humanidad. Por ejemplo, antes de la fundación de Galicia, existía el reino de Alteria, en donde había siete piedras del poder capaces de potenciar y magnificar las habilidades mágicas del hechicero portador. Siete piedras que se convirtieron en cinco y se perdieron en la Historia.

Más tarde, al comienzo del siglo XX, estalló la Primera Guerra Mundial, en donde los poderes mágicos se mostraron insuficientes para poder ganar este conflicto. Por este motivo, las naciones implicadas comenzaron a construir robots para lograr la victoria. Supuso el nacimiento de las moscas, unos organismos cibernéticos invencibles, que produjeron plagas homicidas a lo largo del siglo XX. De hecho, el grupo principal se asentó y conquistó el casco viejo de Santiago de Compostela, permaneciendo allí sitiado durante cerca de un siglo.

Precisamente, fue en Compostela, en la misma catedral, en donde se guardaban las cinco piedras del poder de Alteria. En 2010, un siglo después de la toma de Compostela, una joven estudiante, que intenta completar su tesis de hechicería, lidera una audaz operación para recuperar esas piedras y utilizarlas para combatir a estos robots invencibles.

Esta estudiante se llama Alecrín Dourado y será la portadora del lapislázuli, la líder de las superguerreras y la protagonista de este libro. Sus poderes están basados en la manipulación de la energía lumínica, llegando a materializar armas o arrasar enemigos con oleadas de energía. Aunque, a la hora de verdad, cuentan mucho más sus relaciones amistosas y de lealtad.

También está Coralia, la portadora de la ametista. Este personaje es, a mi entender, el mejor construido de toda la obra y la que dice las línea más ingeniosas y espontáneas de toda la trama. Se caracteriza porque se expresa con seseos y gheadas, que son dialectos presentes en el idioma gallego, y viste el típico mandil que portan muchas mujeres y amas de casa de Galicia. Su poder consiste en la invocación de las ánimas de los muertos, un don que, potenciado con la ametista, hace que los muertos se manifiesten tomando forma de animales de la fauna local. Y además, al igual que todos los miembres de hechiceres de su isla de Ons, Coralia es transexual. Su profunda amistad con Alecrín, la portadora del lapislázuli, la convierte en una valiosa aliada con la que siempre se puede contar.

Eire Erin Tuata de Danan es la portadora del ónix. Su poder consiste en la manipulación del sonido, así que es capaz de atacar desde lejos, pues sus puñetazos y patadas pueden generar demoledoras ondas de estampidos supersónicos. También, a velocidades supersónicas, puede teletransportar objetos, personas y a ella misma, traslados que parecen instantáneos entre los distintos puntos de la geografía gallega. Además, puede comunicarse telepáticamente, lo que la convierte en la oficial de comunicaciones de las superguerreras durante sus batallas. Y lo más importante; es la depositaria de los recuerdos borrados de Alecrín, que son los hechos que obligaron la anterior retirada de las superguerreras (en el 2014), hasta que las moscas volvieron a aparecer, atacando Lalín. Son recuerdos que se manifiestan en forma de crías negras de elefante, que aparecen en el momento adecuado, dando lugar a un flashback contado en primera o segunda persona.

Y, por último, pero no por ello menos importante, tenemos a Reis, portadora del ámbar, y a Mor, portadora del cuarzo rosa. Las menciono juntas porque forman una pareja amorosa. Reis está especializada en generar gólems durante las batallas, enormes gigantes con forma de bailarina con tutú, hechos con piedras, ladrillos, plantas, líquidos y otros materiales del entorno; materiales que vuelven a su estado original una vez que Reis haya terminado con el gólem de turno o su poder se agote (así que nadie se lleve las manos a la cabeza cuando lea que los materiales de un monumento o edificio forman un nuevo gólem). Por su parte, Mor es una actriz, cuyo poder consiste en imitar las capacidades y dones de las demás superguerreras, teniendo como preferencia la creación de gólems de su amada Reis.

Gracias a las cinco piedras, las superguerreras son las únicas hechiceras de todo el mundo que son capaces de matar moscas, y no limitarse a mantenerlas alejadas, como hacen los demás hechiceros. Sin embargo, el uso de estas piedras agota a las portadoras, los robots enemigos se retiran para actualizarse, y surge una bizarra relación amorosa entre Alecrín y uno de los organismos cibernéticos. Y, a medida que progresa la lectura, se muestra que las moscas no son el peor enemigo al que se tienen que enfrentar estas cinco superguerreras... Pero será mejor que lo descubran ustedes mismos, advirtiendo que la sociedad descrita en esta realidad alternativa no es tan diferente de la nuestra.

En definitiva, estamos ante un libro de lectura trepidante, en donde la acción, las traiciones, y las muestras de amistad se suceden, y la trama se desarrolla a lo largo de varias fechas situadas entre el 2010, 2011, 2013, 2014 y 2021, y de varios puntos de la geografía gallega. Pero que ningún lector se frustre por verse perdido, al no reconocer estos puntos en Galicia, porque en la última página del libro hay un código QR, cuyo escaneo permite localizar los lugares en donde transcurre la novela. Es un ardid de la que se vale la autora para dejar a un lado la descripción de dichos enclaves y poder centrarse en el desarrollo de la trama y de las distintas batallas.

No quería terminar la presente reseña sin mencionar una curiosa facultad que también tiene Eire, la portadora del ónix. Gracias a su facultad de manipular el sonido, es capaz de ambientar las escenas y las batallas con temas musicales, canciones que el lector puede oír al escanear un par de códigos QR que también aparecen en la última página del libro. Son melodías que provienen de videojuegos, como los de la franquicia de The Legend of Zelda, de The Witcher 3, de The Elder Scrolls V; SkyrimUndertale o de Mortal Kombat. Por no mencionar que, durante una de las batallas más importantes de la novela, suena la versión en gallego del tema de Dragon Ball Z. Dado que mis reseñas son ilustradas-musicales, me tomé mi tiempo para elegir cuál sería la canción apropiada. Incluso estuve tentado de insertar un vídeo de Bohemian Rhapsody, un tema de Queen, ya que Coralia canta varias canciones de este mítico grupo mientras ella y Alecrín navegan por la costa gallega subidas a lomos de un kraken. Al final, me centré en un par de canciones de rock sinfónico. Una era una canción de Beast in Black, que ambienta una de las citas amorosas que tiene Alecrín con uno de los robots enemigos (la autora podría haber añadido temas de Within Tentaption, o de Nightwish, que también pegarían con esta trama fantástica). Pero al final, he decido acabar esta reseña con la canción Children of the Dark, de Mono Inc., que se oye en el momento climácico de la novela.



¿Conseguirán las superguerreras acabar con la amenaza robótica? ¿Cuál es el verdadero origen de las moscas? ¿Por qué Alecrín estuvo siete años retirada? ¿Sobrevivirán las cinco a la batalla final? Las respuestas a estas, y a otras preguntas, las encontrarán en Lapislázuli, o regreso das superguerreiras, escrito por Alba Rozas y publicado por Boadicea editora.

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