Reseña "Santa Compaña".
Esta novela no es un libro que trata sobre la Santa Compaña; es mucho más.
Santa Compaña es una novela escrita por Esteban Díaz y publicada por Alberto Santos Editor. Cuenta, en pasado y en primera persona, las vivencias de Iago De la Vega Ruiz, discípulo de Ulises Matacuervos, un profesor de la Universidad de Salamanca aficionado a la fenología sobrenatural, que en su día participó en la captura del Sacamantecas. Y, como se puede ver en la ilustración que acompaña estas líneas, esta historia, ambientada en la primera década del siglo XX, no trata solamente sobre la mítica profesión de ánimas avistada en los montes gallegos.
Se trata, más bien, de una colección de relatos cortos, en donde los protagonistas combaten un fenómeno sobrenatural diferente en cada uno de ellos. Así pues, en el primer relato que inicia la novela, Matacuervos y De la Vega viajan a una aldea gallega para enfrentarse a una moura, un ser ancestral de apariencia femenina, que seduce a sus víctimas, masculinas, para alimentarse de su energía vital a cambio de satisfacer sus deseos materiales.
No sé ustedes, pero yo, a pesar de ser gallego, nunca había leído una descripción tan carnal y sensual de una moura. Como mucho, leí contos de mouras que bailaban la danza de los siete velos y guardaban tesoros en medio del monte... Pero en fin...
El caso es que después del violento enfrentamiento con la moura, Iago es testigo de la procesión de la Santa Compaña, siendo señalado por el difunto que cierra la cohorte de ánimas. Es entonces cuando Iago advierte que le queda un año de vida, pues (casi) todos los testigos de la Santa Compaña mueren al año de su encuentro con tan temida procesión de muertos.
Lo que sigue a continuación es una sucesión de relatos cortos, dispuestos de una manera aparentemente caótica y desestructurada (como si fueran secuencias de una película de Tarantino). Así pues, el lector es testigo del reclutamiento de De la Vega por parte de Matacuervos y de cómo se van enfrentando a diferentes fenómenos sobrenaturales; casas encantadas, la Serrana de la Vera, la Gente de Muerte, brujos, hombres lobos, trasgus, ramidrejus y demás fauna criptozoológica de la España rural. Incluso hay un espíritu extranjero que pretende acabar de una vez con todas con lo que queda del Imperio Español, por medio de una creación de ejército de zombis (en este relato, que yo habría dejado más para el final, me dieron ganas de decirle al mencionado ente que esperase sentado treinta años, que iba a ver sus deseos de destrucción cumplidos y sin mover ni un solo dedo).
Pero no todo es misterio, terror y cosas raras en esta novela. Como ya he dicho, este libro está ambientado en la primera mitad del siglo XX. Por lo tanto, el autor ha tenido especial cuidado a la hora de documentarse para lograr la ambientación histórica de esta novela. Así pues, Matacuervos y De la Vega son asistidos por Cruz, un militar veterano perteneciente a los Últimos de Filipinas, que les hace el trabajo sucio cada vez que hay que luchar o disparar. También hay otros personajes históricos que desfilan por estos relatos, como es el caso del general Fernando Primo de Ribera (tío-abuelo del fundador de la Falange), que también estaba interesado en los fenómenos sobrenaturales, o de Marcelino Menéndez Pelayo, un intelectual escéptico que se dedicaba a desenmascarar charlatanes y timadores de lo sobrenatural. Porque además de tratar con fenómenos sobrenaturales, muy a menudo, el profesor Matacuervos tiene que vérselas con embaucadores y peligrosos desequilibrados que no entienden del todo a qué se están enfrentando; la mayor parte del trabajo de Matacuervos en el terreno de lo paranormal consiste en interrogar a lo testigos para dilucidar, con precisión, qué fenómeno se está manifestando y cómo combatirlo para ayudar a los afectados.
Cabría pensar que la opción de contar esta historia en primera persona, desde la perspectiva de De la Vega, el que ha visto a la Santa Compaña, es una metedura de pata por parte del autor. Porque incluso el propio Iago dice que está escribiendo estos relatos con una máquina de escribir en los años sesenta del siglo XX, lo que indica no va a morir pasado un año desde su encuentro aparentemente fortuito con la Santa Compaña. O que Iago va a hallar una manera o algún rito que le permitirá anular la maldición de la Santa Compaña.
Pero lo cierto es que esta serie de relatos confluyen en un tercer acto de infarto, en donde De la Vega, Matacuervos y compañía se ven arrastrados a un mundo oculto y subterráneo, en el que tendrán que enfrentarse a tres pruebas para salir vivos de allí. Es una sucesión de tribulaciones en el que parece, o al menos me lo pareció a mí, que en cualquier momento iba a entrar Hellboy en escena para echar una mano a los protagonistas. Y al final, cuando por fin se cumple el año y se manifiesta la maldición de la Santa Campaña, sucede algo tan terrible, que el alma de Iago ya está preparada para afrontar cierta leyenda de Salamanca... Pero ya estoy tirando demasiado de la manta.
Así que si quieren saber cómo anular la maldición de la Santa Compaña o, simplemente, les gustan las historias de terror sazonadas con grandes dosis de gore, acción y misticismo ancestral, les recomiendo este libro; Santa Compaña, escrita por Esteban Díaz y publicado por Alberto Santos.
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