El ARN mensajero.

Por culpa de la pandemia del Covid-19, se está hablando mucho de ARN en estos días. Principalmente, porque este patógeno es un retrovirus, que significa que tiene ARN en lugar de ADN. Pero además, con la llegada de las nuevas vacunas, se vuelve a hablar del tema, porque estas medicinas han sido elaboradas con tecnología de ARN mensajero.

Pero, ¿qué es el ARN mensajero? Es una pregunta que intentaré contestar en esta entrada, y cuya respuesta sea comprendida por el común de los mortales.

Pero antes de hablar de ARN, antes hay que explicar qué es el ADN.

Hoy en día, todo el mundo sabe, más o menos, que el ADN es como un plano de diseño para construir seres vivos. Es una macromolécula (esto es, un molécula grande compuesta por otras moléculas más pequeñas), cuyas siglas corresponden a Ácido Desoxiribo Nucleico. Está compuesta por cuatro bases diferenciadas, unas moléculas denominadas nucleicos. Son la Adenina, la Citosina, la Guanina y la Timina. Para abreviar, se les suele denominar por sus iniciales; A, C, G y T. Estas cuatro bases son las que se combinan, dando lugar a un lenguaje que se conoce como código genético. Estas moléculas están enlazadas entre ellas a lo largo de una cadena, mediante moléculas de desoxiribosa, que es el azúcar que aporta el D a la siglas de ADN. Normalmente, esta cadena se halla empaquetada en forma de doble hélice, apareada con otra cadena. Se alinean de tal manera, que la A de una cadena se empareja con la T de la otra cadena, y la C de una cadena, se aparea con la G de la otra, como se puede apreciar en el siguiente gráfico:



En el caso de organismos eucariotas, en donde nos hallamos los seres humanos, esta macromolécula se haya condesada en el interior de los núcleos de nuestras células. Se pude afirmar que en cada una de nuestras células, se guarda un plano de arquitectura que contiene la información necesaria para construir un individuo. También se usa para regular las funciones de los seres vivos, una vez que estos últimos ya han sido construidos.

En esta parte de la exposición, podría explayarme y hablaros de división celular o de las ventajas de la reproducción sexual. Pero entonces me desviaría demasiado del tema, que es explicar qué es el ARN. Ahora voy a ello.

En el núcleo de la célula, el ADN se haya extremadamente compactado. Solamente están expuestos esos fragmentos de ADN que la célula, y a su vez, el resto del organismo, necesita para cumplir con su función específica. Aunque todas las células de un organismo guardan los mismos datos, no se manifiesta la misma información en una célula muscular, en una neurona, en una célula del hígado o en la médula ósea. Los fragmentos expuestos, listos para ser transcriptos, son diferentes en función del destino de la célula.

¿Y cómo se expresa esta información? Es a través de un proceso denominado transcripción genética. Y es en esta parte en donde interviene el ARN. Se trata de otra macromolécula, cuyas siglas corresponden a Ácido Ribo Nucleico. Se parece bastante al ADN, excepto en dos detalles. El azúcar que mantiene unida la cadena es una ribosa, en vez de una desoxiribosa. Y en lugar de Timina (T) presenta otro nucleótido, el Uracilo (U).

El proceso de transcripción principia cuando unas enzimas especializadas abren la doble hélice para que otras puedan emparejar nucleótidos de ARN. Así se va alargando una cadena de ARN mensajero, que para abreviar, también se llama ARNm. Se puede ver en el siguiente gráfico.



Una vez ensamblado del ARNm, pasa por un proceso de maduración, en el que se eliminan varios fragmentos. Una vez madurado, el ARNm sale del núcleo (recalco el verbo, porque os lo volveré a recordar al final de la entrada). Esta cadena de ARNm va a parar a otro orgánulo celular, el retículo endoplasmático rugoso, que presenta esta textura porque está salpicado por unas macromoléculas denominadas ribosomas. En su defecto, el ARNm va a parar cualquiera de las ribosomas que flotan en el interior de la célula.



El caso es que es en los ribosomas en donde se produce el proceso de traducción. Cada triplete de nucleótidos del ARNm, corresponde con un aminoácido. Los aminoácidos vienen a ser como los ladrillos para construir proteínas.

Aquí me permito recordar que el código genético es degenerado, pues muy a menudo, varios tripletes pueden codificar para un mismo aminoácido.



Durante el proceso de traducción, a medida que el ARNm va pasando por el ribosoma, se va alargando, aminoácido a aminoácido, una cadena de proteína.

Y así, como se resume en el siguiente gráfico, la información almacenada en el ADN se transduce, a través del ARNm, para formar proteínas.



Y ahora, querido lector, si me has seguido hasta aquí, ya adivinarás cómo funcionan las vacunas para el Covid-19, las que están basadas en la tecnología del ARNm. Cuando nos vacunen, se nos inyectará un fragmento de ARNm, que terminará entrando en nuestras células. Nunca se internará en el núcleo celular, sino que irá a los ribosomas para llevar a cabo, directamente, el proceso de traducción, que es la última parte del gráfico de aquí arriba.

Así que nadie vea en esta campaña de vacunación un intento de cambiar el genoma de la población. Este ARNm que nos van a inyectar, al final será degradado, al igual que los demás ARNm que se transcriben en el núcleo; nucleótidos sueltos de ARN, dispuestos a volver a ser reutilizados por las enzimas. En ningún momento, el ARNm de la vacuna entrará en el núcleo para añadir o quitar fragmentos de nuestro genoma. Se limitará a producir la proteína-llave del patógeno del Covid-19. Ni más, ni menos.

Luego, cuando esta proteína-llave se exponga al exterior de la célula, entrará en acción el sistema inmunitario, se crearán anticuerpos capaces de reconocerla, estaremos inmunizados en cuestión de meses...

Pero esta es otra historia, y habrá que contarla en otra ocasión.

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