Reseña "La Queimada de las Ánimas".

¡Niños desaparecidos! ¿Tienen las meigas del Morrazo la culpa? Es lo que se cuenta en La Queimada de las Ánimas, libro escrito por Samuel Ferro. Estamos ante una obra que presenta la peculiaridad de que cuyos ejemplares fueron editados en dos lenguas, la mitad en español, y la otra mitad en gallego, bajo el título de A Queimada das Ánimas. El lector puede elegir, a la hora de adquirirlo, en qué idioma puede leer este libro.

La Queimada de las Ánimas es una novela negra que narra una serie de crímenes ambientada en la península del Morrazo de a mediados del siglo XIX. Es un relato que está escrito en presente y en tercera persona, y muy dialogado; parece un guion cinematográfico, debido a los inicios del autor como guionista de cortos.

No obstante, es una novela que engancha desde el primer capítulo, en donde se nos describe el típico escenario de cuento de hadas, con unos niños que juegan en bosque, hasta que uno de ellos desaparece, al toparse con ser deforme... Se inicia así una investigación a contrarreloj en donde urge encontrar este niño desaparecido, y a otros a los que van secuestrando a lo largo de los siguientes días.

Ante la desaparición del primer niño, la Guardia Civil encarga el caso a un carabinero llamado Antón Pazos, un veterano de la guerra contra las tropas napoleónicas, que recibe el sobrenombre de el Enterrador, debido a los expeditivos métodos que ha utilizado en un caso anterior. Teniendo en cuenta que todos los indicios del caso le llevan a un ritual propio de las meigas, el Enterrador decide aunar fuerzas con una curandera local, Áine, que ejerce de meiga y, por lo tanto, conoce todos sus rituales y los detalles de su cultura oculta.

En menos de 230 páginas, se va deshilando una trama en donde los diferentes crímenes se suceden y el Enterrador progresa en su ardua investigación con la ayuda de Áine. Y todo ello se cuenta con la rigurosidad propia de una novela histórica, intentando mantener un tono realista durante todo el libro, a pesar de toda la hechicería descrita. De ahí que haya tantos personajes que se valen de la superstición de la gente como si fuera una estratagema de una sesuda guerra psicológica. Todo esto se puede comprobar en cómo se describen las progresiones de Áine que,  a mí entender, es el mejor personaje e esta novela. Es la típica médium que está todo el rato interaccionando con elementos insignificantes del entorno o con cosas que solamente ella puede ver. Pero es un comportamiento fácil de entender, porque se pasa todo el libro tomando brebajes que ella lleva encima, y que contienen aguardiente mezclado con ciertas hierbas, lo que le permite, según ella, estar en contacto con el mundo espiritual. Y de paso que se suceden las averiguaciones, el lector irá de viaje por distintos enclaves de la geografía de la ría de Vigo.

En resumen, que estamos ante una novela trepidante, que culmina en un electrificante clímax final, en donde se desvela el ritual que da significado al título de este libro; La Queimada de las Ánimas, de Samuel Ferro.