Reseña "Escándalo en palacio".

¡Sexo en los lavabos! El presidente se aparea con la primera dama. Lo que no estaría mal si no fuera porque el acto en cuestión se realizó hace cuatro años, cuando el presidente todavía estaba casado con su anterior esposa, con la que ya tenía hijos.

Con la emisión en el noticiario de este vídeo se inicia Escándalo en palacio, una obra teatral escrita por Pedro Ruiz y llevada actualmente a escena por Estudo Momento, con Xoán Carlos Mejuto en el papel de Bernard Mathieu (el susodicho presidente), e Iria Ares como Paola D´Angio (la actual primera dama). Que además, cuenta con la presencia virtual de Pedro Ruíz, Dani Lozano, Mónika Vergara y José Aguilar, más la voz radiofónica de José Manuel Mira.



Aparte de actuar, Mejuto también se encarga de la dirección y del diseño de escenografía, recreando una obra que transcurre en el despacho del presidente Mathieu, un escenario en donde destaca la presencia de una pantalla central en donde se visualiza la noticia dada y en donde intervienen los colaboradores virtuales en formato de videoconferencia, y cuyo atrezo e inmobiliario fueron proporcionados por Illana Decoración, además de un par de cuadros del pintor Vítor Mejuto. Estamos, pues, ante una obra teatral con dos únicos actores de carne y hueso que de vez en cuando tienen que interactuar con las presencias virtuales de los demás personajes que intervienen en esta alocada trama.

Escándalo en palacio es una obra satírica que destripa las intimidades del mundo de la política, en donde los protagonistas discuten cuál es la mejor manera de salir airosos de esta situación, y pende sobre el presidente Mathieu, entre otras, las amenazas de la dimisión, de la moción de censura o del divorcio. Se van sucediendo los distintos diálogos absurdos y las situaciones delirantes a lo largo de los actos en que se desarrolla esta obra, cuyas transiciones se pueden apreciar gracias al diseño de iluminación de Antón Arias. Incluso se llega a recrear una ruidosa manifestación en el exterior del palacio, con ventanas rotas incluidas, gracias al diseño sonoro de Alberto Beade.

Mención aparte merece la caracterización de La Kasa del Maquillaje, que consiguen que los dos actores principales se parezcan a J. F. Kennedy y a Marilyn Monroe, que son los dos personajes históricos en los que Ruíz se inspiró para crear semejantes elementos. También he de mencionar a los encargados del vestuario, que ayuda a ambos actores a meterse en los papeles de Mathieu y D´Angio. Félix Ramiro proporciona a Mejuto el traje y el esmoquin propios de un presidente, mientras que Toni Francesc y Veneno en la Piel hacen lo mismo con los vestidos de Ares, que va cambiando a lo largo de los distintos actos, ayudando a la actriz a transmitir la impresión de que su personaje se transforma a lo largo de la obra, empezando por ser un trofeo parlante, pasando por ser una mujer que se entera de los chanchullos de su marido, y que termina convirtiéndose en la primera dama que todos queríamos para nuestro país.

También he de mencionar el trabajo audiovisual proporcionado por Gutier Rolán y Bombo Estudio, los cuales permiten la presencia virtual de los demás actores, cuyas sucesivas intervenciones en pantalla hacen que la trama se vaya desarrollando y complicando, dando lugar a nuevas situaciones delirantes. Incluso hay un personaje 100% virtual, Futurina, que es la IA del ministerio, y que también participa en el desarrollo de la trama.

En definitiva, Escándalo en palacio es una comedia desternillante, a la altura del genio y figura de su autor original, que transcurre hasta confluir en una carcajeante escena final, que el espectador atento verá venir. Es una obra que también invita al espectador que opine en las redes sociales con sus dos hashtags, sobre si perdonaría semejante escándalo en su país. Y en mi humilde opinión, #yoperdonoelescandalo, porque pienso que un presidente del gobierno no debería dimitir por esta chorrada; si debería hacerlo por errores más importantes, como ordenar el bombardeo de países extranjeros, meterse en tramas de corrupción, o permitir el incremento de la brecha entre ricos y pobres... Pero no creo que deba dimitir por realizar un apareamiento que todo el mundo ya debería de haber dado por sentado (ya que Mathieu acabó casándose con D´Angio).

Así que si Estudo Momento pasa por su localidad para representar Escándalo en palacio, les recomiendo que la vean, porque pasarán un buen rato riéndose con esta comedia, y saldrán con el deseo de que el próximo político que vean jurar sobre la Biblia para aceptar su cargo, lo haga usando la fórmula de Chusqui, pirusqui, flisflusqui.

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