La tercera dosis.

 ¡Al fin me ha tocado! Después de seis meses de recibir la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19, fui citado para que se me inyectara la tercera dosis. En principio, recibí la noticia con alegría, porque en el 2022, al igual que en el 2021, mi propósito de año nuevo es el de desarrollar la inmunidad contra la dichosa pandemia o, en su defecto, no servir de vehículo para el maldito virus hijop**a. El año pasado no realicé este propósito hasta el mes de julio. Este año lo conseguí el 12 de enero de 2022.

Así que, de nuevo, acudí a la Ciudad de la Cultura de Compostela, para que me pusieran la nueva dosis. Pero en esta ocasión me inyectaron la vacuna de Moderna, cuando las dos anteriores fueron de Pfizer. No dije nada entonces, porque me lo comunicaron segundos antes de que me pincharan, pero no pude acordarme de cierto contacto mío de las redes sociales, que recibió las dos primeras de Pfizer y la segunda de Moderna, y que luego se quejaba de que las dos primeras no le produjeron ningún efecto segundario, pero que la de Moderna le provocó febrícula y dolor muscular en la zona del pinchazo.

No era mi caso, como ya conté en una entrada anterior. Cuando se me inyecta ARN mensajero, la proteína resultante se acumula en masa en las membranas de las células musculares de la zona del pinchazo. Por esta razón, con Pfizer experimenté una sensación semejante a la de las agujetas. Me imagino a la proteína llave cristalizando, comportándose como tal entre las células musculares de mi hombro, lo que provocaba que me doliera cada vez que levantaba el brazo por encima de mi cabeza.

Entre que la vacuna de Moderna también es de ARN mensajero y que deseaba cumplir con el citado propósito de año nuevo, no puse ninguna objeción a la inyección. Pero también me ofrecieron ponerme la vacuna de la gripe, en el otro brazo. Fue la primera vez en mi vida que me pusieron la vacuna de la gripe, y acepté, aunque solamente sea para evitar el escenario de la flurona.

Al haber sido vacunado por la mañana, empecé a experimentar los primeros efectos secundarios por la tarde. De nuevo, percibía la cortante presencia de la proteína llave en el hombro. Pero en esta ocasión, ya sea por sugestión o porque la dosis de Moderna fue más efectiva, por la noche tenía la desagradable impresión de tenía astillas de cristal dentro del hombro. Afortunadamente, esta agujeta monstruosa ha ido a menos a lo largo de los siguientes días.

Pero fue al día siguiente de la vacuna cuando experimenté el efecto secundario de la vacuna de la gripe (creo que fue por la vacuna de la gripe). Sufrí lo que técnicamente se denomina fatiga. Fue una sensación muy extraña para mí, porque tuve la impresión de estar enfermo, pero sin estar enfermo. No tenía fiebre, ni mocos, ni dolor de cabeza, ni ningún otro síntoma. Pero una modorra cansina se había apoderado de mí. Fue lo bastante desagradable, que me llegué a plantear si volver a ponerme la vacuna de la gripe para el año siguiente. Porque, francamente, para sentirme así de mal, prefería enfermar de verdad con una gripe. Pero este escenario no es nada deseable mientras sigan existiendo las cepas dañinas de la Covid-19.

No obstante, quiero recomendaros que os vacunéis, porque los efectos secundarios aquí descritos son una minucia al lado de todo el mal que te puede hacer el Covid-19. ¿O acaso es preferible malgastar un mes de vida ingresado en una UCI, con las vías respiratorias intubadas, sufriendo fiebres y arrastrando las secuelas durante los siguientes meses? Porque también te puedes morir de esta enfermedad; no lo olvides.

Os lo digo yo, que una vez, por culpa de un accidente de tráfico, me rompí una vértebra y estuve tres días inmovilizado en una cama de hospital, para evitar una lesión grave en la médula espinal. ¡Esos tres días me parecieron tres meses! Así que no me quiero ni imaginar lo que sería infectarme de Covid-19 y verme atrapado en un hospital durante meses eternos, con un tubo alojado dentro de la garganta para que una máquina respire por mí, y sin poder, siquiera, alimentarme o asearme por mí mismo.

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